El miedo
Miedo a que te tachen, a que te señalen o identifiquen, el miedo al fracaso, al rechazo a la incertidumbre, miedo al qué dirán o peor aún, qué pensarán. Miedo a lo que no controlamos, a lo que no depende de nosotros y creemos que nos va a afectar.
El
miedo a perderlo todo sin darnos cuenta de que no somos propietarios de nada.
El
miedo genera o produce tres reacciones: nos paraliza, nos hace huir o nos
induce a atacar. Es aquello que saca nuestro animal más irracional hasta
hacernos perder el control.
El miedo en sí, es un mecanismo de supervivencia que nos aleja de situaciones para las que todavía no estamos preparados. Ahora bien, no podemos vivir toda la vida gestionados por el miedo ya que si este nos paraliza no nos permitirá avanzar.
Los paradigmas
personales tienen algo que ver en este sentimiento, puesto que con vivencias,
creencias o situaciones del pasado se nos forma un perfil particular de
personalidad que nos impiden pensar con claridad. Creemos, a demás, que los
patrones del pasado, deben cumplirse automáticamente durante toda nuestra vida.
Este
sentimiento no se debe controlar ya que al reprimirlo puede causar efectos
negativos. Ahora bien debemos trabajar para que, válgame la redundancia, éste
trabaje a nuestro favor.
¿Qué
pasa cuando tenemos miedo a factores que no podemos controlar?
Debemos
hacer énfasis en gestionar, trabajar y potenciar factores intrínsecos que, nos
permitan generar una autoconfianza tan fuerte como para enfrentar cualquier
situación. Las conciencias tranquilas, las personalidades perfiladas y una
seguridad plena en si mismo.
Ya solo
nos queda como siempre, marcar un OBJETIVO y trabajar, trabajar y trabajar.
¿El
miedo? Subirnos a su ola para que nos impulse fuerte hacia donde queremos
llegar. Usa el miedo como motor y no como freno.
No tengas miedo a perder, porque así es como se aprende a ganar.
Comentarios
Publicar un comentario